Situado en la costa norte de la República Dominicana, Puerto Plata ofrece 500 años de historia reflejados en la Fortaleza San Felipe del siglo XVI y 100 kilómetros de playas atlánticas, como Cabarete, un imán para el kitesurf. Además, los brazos abiertos de la estatua del Cristo Redentor que domina la ciudad invitan a explorar las plantaciones de café y las cascadas de las cumbres, los valles y la selva.
Visitas obligadas: El único tranvía aéreo del Caribe transporta a los visitantes desde el centro de Puerto Plata hasta los pies de la estatua del Cristo Redentor, en la cima de la montaña Isabel de Torres. Los visitantes pueden explorar el jardín botánico de la cima de la montaña y contemplar las espectaculares vistas de la ciudad y el mar a 800 metros de altura.
Para comer: La Bandera, una mezcla de frijoles rojos, carne guisada y arroz que representa los colores de la bandera, es el plato nacional de la República Dominicana y no se puede dejar de probar. Pero la sofisticación culinaria de Puerto Plata se refleja mejor en la cocina internacional de Le Papillon, que ofrece un menú ecléctico que va desde verduras al curry hasta filete a la pimienta al estilo de Madagascar, pasando por el delicioso cerdo hawaiano.
Excursión de un día: Las Damajagua Waterfalls, situadas a unas 50 kilómetros de la ciudad, son un conjunto de 27 cascadas donde grupos de turistas guiados tienen la oportunidad de subir a lo alto de las cascadas escalonadas, con un casco y un chaleco salvavidas puestos, y luego aventurarse a volver a bajar con un salto desde las salientes (algunos de hasta 8 metros de altura), deslizándose por los “toboganes” de roca o por una escalera.