Tenerife, Islas Canarias, España
La isla triangular de Tenerife es uno de los destinos más populares de España y la más grande del archipiélago canario, frente a la costa noroeste de África. Es conocida por sus playas, algunas de llamativa arena negra volcánica y otras que brillan con arena dorada traída del Sáhara. El centro de Tenerife aloja el pico más alto de España: el monte Teide, en el Parque Nacional del Teide, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Ascienda a pie o en teleférico al volcán de 3718 metros para disfrutar de vistas increíbles y una magnífica observación de las estrellas.
Tenerife también es un paraíso para los amantes de la comida, y las opciones van desde los tradicionales restaurantes llamados guachinches hasta los galardonados con estrellas Michelin. La quintaesencia de la cocina canaria son las carnes a la brasa y las papas arrugadas, hervidas en agua con sal marina gruesa y servidas con salsa de mojo. Acompañe la comida con un tinto listán negro o un aromático vino blanco malvasía local, el preferido de William Shakespeare. La isla cuenta con 70 bodegas repartidas en cinco regiones vitícolas. ¡Olé!
Visitas obligadas: diríjase a los gigantescos acantilados de Los Gigantes, en el oeste de Tenerife, y contemple formaciones rocosas de 600 metros de altura desde la playa de arena negra. La pared basáltica se extiende hacia el norte desde el Puerto de los Gigantes hasta la Punta de Teno. Los nativos guanches lo consideraban el fin del mundo. Uno de los mejores lugares para contemplar la pared rocosa es desde el Mirador Archipenque cercano. Mientras esté allí, contemple la Gomera al oeste (tenga en cuenta esa isla).
Para comer: busque la enorme topiaria de cordero a la entrada del Restaurante El Cordero en el sur de Tenerife. Recorra la finca bananera y alimente a las cabras. Abierto todos los días para almorzar y cenar, el guachinche sirve cocina canaria clásica. Pruebe La huerta de Ana y Eva en el extremo norte de la isla. Si le apetece una aventura gastronómica de tres horas centrada en pescados y mariscos, El Rincón de Juan Carlos, galardonado con una estrella Michelin, es el lugar ideal.
Excursión de un día: tome un ferri de una hora (y probablemente vea ballenas y delfines) desde el puerto tinerfeño de Los Cristianos al oeste, hasta San Sebastián de la Gomera. Una vez allí, se tarda media hora en automóvil (no pierda de vista los monolitos llamados los Roques y las palomas) en recorrer el antiguo y brumoso bosque de laurisilva del Parque Nacional de Garajonay, otro lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El parque de 40 kilómetros cuadrados y el monte Garajonay deben su nombre a la historia del matrimonio prohibido de Gara, princesa de La Gomera, y Jonay, un campesino tinerfeño.